jueves, 20 de agosto de 2015

Cierre de la Fortaleza

Pues sí, has leído bien, caro lector: después de ocho años de artículos librojuegueros, roleros, de historia y de literatura en general, cierro la Fortaleza. En lugar de acudir a los tópicos a los que se suele aludir en estos casos, me gustaría hacer una invocación al dios Jano, ese ser bicéfalo al que consagramos nuestro primer mes (Januarius = enero) para pedirle que conceda a este sitio un fausto final, pues, como suele ocurrir, el final de un ciclo conlleva el principio de otro.

Hace tiempo que no actualizo el blog, y esto se ha debido a razones muy diversas con las que no voy a aburriros, pero principalmente una que diré más abajo. La pena es que no he podido cumplir con la promesa de digitalizar el libro prometido a principios de año, por la sencilla razón de que se me desencuaderna al abrirlo demasiado. Probé de varias maneras, pero no ha podido ser. No descarto, no obstante, subir algún día otro de Aventuras en la Tierra Media que tengo en penosas condiciones, aunque para mí no es una prioridad, ya que estoy inmerso en otros proyectos más interesantes y también relacionados con los librojuegos.

Mantendré el blog y la Biblioteca de Manpang para aquellos que quieran seguir descargándose los librojuegos descatalogados. Si alguien quiere hacerse cargo de ella, no tengo problema alguno en cedérsela para que la mantenga y la actualice con nuevos libros, pero, eso sí, me gustaría que siguiera recogiendo exclusivamente libros descatalogados, y no novedades; los librojuegos están resurgiendo, y flaco favor les haríamos si empezamos a subir los últimos lanzamientos de las editoriales. En cambio, considero una bonita labor recuperar los títulos de los 80-90 para que se puedan leer sin tener que gastar las barbaridades que se piden por ellos en eBay y otros sitios de venta y subasta.

Como dije al principio, este cierre solo es el final de un ciclo, pues seguiré luchando por los librojuegos en Librojuegos.org y como miembro de la asociación Dédalo. Creo que el único medio por el que los librojuegos pueden volver a ver la luz es gracias a la producción patria de nuevas obras y nuevos proyectos adaptados a los tiempos que corren, aprovechando y explotando los recursos que nos ofrecen las nuevas tecnologías pero sin olvidarnos del sempiterno papel. Por mi parte, habrá sitio también para los clásicos, pero tendrán menos protagonismo, ya que considero que necesitamos cosas nuevas para no quedarnos estancados, y lo he tenido claro desde que he visto el tremendo trabajo de Jacobo Feijóo al frente de Librojuegos.org, buscando siempre ampliar los ámbitos de aplicación del librojuego y dignificándolo como género, y el de Fernando Lafuente, que desde que salió aquel gran título, En la feria tenebrosa, tampoco ha parado de intentar (también con la ayuda de Jaco) que los librojuegos vuelvan a tener un sitio en las estanterías aportando calidad y mimo en todo lo que pasa por sus manos. Además, he conocido a otras maravillosas personas, como los chicos de Suseya y Saco de Huesos, que se suman a los esfuerzos de Nosolorol de hacer resurgir los librojuegos, y gente como Ruber Eaglenest, Pablo Martínez, Francisco Tapia, Santiago Eximeno, Joseto Romero, Miguel de Luis, Nadia Orenes... personas (perdonad que no os nombre a todos, pero igualmente sois geniales) con puntos de vista muy interesantes, con iniciativa, que me demuestran que se pueden conseguir cosas, que se puede construir un bonito futuro para este medio (algunos de ellos prefieren llamarlo género, viejo debate).

Por eso, antes de despedirme (solo de este blog), solo puedo recomendaros, a todos los que os gusten los librojuegos, que os unáis a la asociación Dédalo y/o a la comunidad de Librojuegos.org. Los clásicos de nuestra infancia seguirán teniendo un lugar privilegiado en nuestros recuerdos, pero os aseguro que hoy se están haciendo cosas de muchísima más calidad, y en España.

Así que ánimo y... ¡larga vida a los librojuegos!